La práctica y la experiencia de la evaluación para otras personas.

La conversación informal la sostuve con una profesora de inglés y una estudiante de quinto grado.
La profesora enseña en diferentes compañías de la ciudad. El número de estudiantes es de máximo seis por grupo. Hace muy pocas evaluaciones. En sus cursos, ella no evalúa por iniciativa propia sino cuando lo requieren las compañías de sus alumnos. Lo hace con evaluaciones escritas de acuerdo con el nivel de sus estudiantes y con ejercicios muy similares a los realizados en clase. El desempeño oral lo evalúa por medio de su propio concepto, pues considera que en los exámenes orales los estudiantes se ponen muy nerviosos. Es consciente de que podría ser un poco subjetiva pero considera que su experiencia y tener un número tan pequeño de alumnos en cada grupo, le permite un mayor conocimiento de sus estudiantes.
Para ella el deber ser de una evaluación en su campo que es el inglés, debe tener en cuenta el interés por el idioma, el cual se refleja en la participación en la clase y en las tareas realizadas, así como el progreso del alumno. Es muy importante el estado de ánimo y la motivación del alumno para su aprendizaje. Por esto, con el fin de estimular a sus estudiantes, prefiere plantear la evaluación expresando aspectos que se deben mejorar en lugar de simplemente expresar cuestiones o puntos negativos.
Lo ideal para ella sería sentarse con el alumno pedirle que se autoevalúe y entre profesor y estudiante establecer cómo ha sido el desempeño del estudiante. Esto lo realizó en años anteriores, pero sin una guía. Considera que debe hacerse con una guía para que no se disperse la evaluación. Evaluar lo identifica con hacer una parada en el proceso y mirar qué hace falta, qué hay que repasar, qué no se ha aprendido, qué fallas existen y seguir con el aprendizaje. Considera que esto es posible por cuanto su contexto es con alumnos adultos que desean aprender generalmente por motivos laborales.
Considera que la evaluación, como se ha venido utilizando tradicionalmente, en general inhibe la independencia intelectual del alumno, debido a que es estresante y no le permite pensar con tranquilidad y libertad. Al responder lo evaluado se piensa más en lo que el profesor espera que se responda que en lo que el estudiante considera sea la respuesta correcta. Sin embargo, considera que pueden existir otras formas de evaluar que promuevan la independencia intelectual. Este es otro más de los retos de la labor de los docentes.
A la estudiante de quinto grado la evalúan generalmente por medio de exámenes escritos y en algunas ocasiones con exámenes orales en la clase de inglés y saliendo al tablero, generalmente en matemáticas.
También la evalúan con películas. Se ve la película y luego hacen un taller individual. Algunas veces evalúan trabajos en grupo como en la Feria de la Ciencia. Generalmente es posible que en el evento de no alcanzar a terminar tanto los exámenes como los talleres, los terminen en la clase siguiente. Queda al criterio del profesor si rebaja o no la nota por esta situación.

En términos generales no le gustan las evaluaciones. "Si la evaluación es difícil, se pone nerviosa, pero si es fácil no." Siempre repasan los exámenes en otra hoja. Esto le gusta, pues cae en cuenta de los errores y siente que aprende cuando se realiza la retroalimentación.

La tecnología que utilizan está en videos y películas. Nunca hacen exámenes en computador.